La economía venezolana en el 2023, Balance, evolución y perspectivas (Parte III)

Quienes han seguido esta serie de apreciaciones sobre lo económico venezolano en el año 2023, recordarán que hemos afirmado que la economía venezolana en el año que recién termina, estuvo sumida en un proceso de estanflación. La actividad económica terminó estancada en comparación con los resultados obtenidos en el año 2022 y, la inflación, aún y cuando se desaceleró, sigue siendo significativamente alta. Recordaran además, que se ha afirmado que, el estancamiento de la economía venezolana en el año 2023 rompe con la tendencia de recuperación que se había hecho presente desde mediados del año 2021 y que se prolongó hasta 2022. La recuperación a la que se hace mención se hizo presente luego de que la economía viera a lo largo de siete años acumular una caída de su tamaño cercana al 75,5%  respecto a los resultados alcanzados en el año 2012.

La afirmación de que la economía venezolana en 2023 se estanco, contradice de manera significativa lo afirmado por el presidente Nicolás Maduro Moros en su acostumbrado mensaje de memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional, donde anunció que la actividad económica del país había crecido en 5% en el año 2023 respecto al año 2022. Cabe señalar que son muy pocas las evidencias de que este crecimiento en realidad se haya presentado. Pues, por un lado, la recuperación del sector petrolero no fue tan vigorosa como se esperaba y,  fueron pocos los sectores que reportaron un repunte de su desempeño en el año que recién termina.

Con estas apreciaciones acerca de dónde venimos y en dónde nos encontramos en lo económico; se presenta en esta ocasión algunas reflexiones sobre cuál podría ser el comportamiento de la economía venezolana en el año 2024.

Es necesario para este ejercicio de prospectiva tener en cuenta dos hechos sumamente relacionados que, sin duda alguna, marcaran el desempeño de la economía nacional. Son estos: la vigencia en el tiempo de la Licencia General 44 otorgada por el gobierno estadounidense en octubre de 2023 y, que relaja las sanciones sobre la comercialización de petróleo y minerales venezolanos en el mercado mundial, así como, la flexibilización de operaciones internacionales del Banco Central y del Banco de Venezuela. A lo cual se suma la celebración de elecciones presidenciales en el país, donde se ha solicitado el respeto pleno a los derechos políticos de los ciudadanos venezolanos.

Los hechos mencionados plagan de gran incertidumbre el ejercicio de estimar el desempeño económico de Venezuela en este año. Sin embargo, la opinión de expertos analistas recogida por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) y la Revista en línea Prodavinci al inicio del presente año, estima que la economía crecerá entre 2% y 6%,que la inflación se ubicará entre 90% y 165% y, que el tipo de cambio llegará a ubicarse entre Bs./USD 62 y Bs./USD 80. Estos pronósticos se traducen en una economía de crecimiento moderado, con alta inflación pero en desaceleración y, con ritmo de depreciación menos acelerado.

El crecimiento será posible, siempre y cuando se mantenga la flexibilización de las sanciones. Este crecimiento será de muy estrecha base en lo sectorial y territorial. Se concentrará en el sector petrolero y en unas cuantas regiones del país. Esto como consecuencia del poco empleo generado por la industria de los hidrocarburos y la incapacidad actual del sector manufacturero nacional para atender las demandas de dicha industria. El crecimiento de la actividad petrolera estaría impulsado por un aumento de la producción y exportación de crudo que se estaría ubicando en el orden de 150 miles de barriles diarios y una recuperación del precio promedio de los crudos y productos derivados. Esta perspectiva de crecimiento estaría poniéndose en riesgo sí: el gobierno decide no cumplir con aspectos centrales del Acuerdo de Barbados, si se agudiza el conflicto político interno, si se profundiza la creciente dolarización de la economía venezolana y, si se da el endurecimiento del fenómeno de El Niño.

Según los expertos, cualquier recuperación de la demanda vendrá por el lado del consumo privado. Esto se explicaría por un aumento de los ingresos petroleros que rondaría entre USD 4.000 y USD 10.000 millones. Lo que daría al gobierno mayor capacidad para gastar. El consumo privado y público sería la fuente de crecimiento más relevante; pues la inestabilidad política e institucional,  así como, la ausencia de la garantías y estado de derecho, además de lo estrecho del mercado nacional y la falta de financiamiento, desincentivan cualquier esfuerzo de inversión privada. Esto unido a la muy escasa inversión pública. Y por el lado del comercio internacional de productos no petroleros, aun y cuando ciertos esfuerzos vinculados con la charra, crustáceos y frutos se han hecho presentes en tiempos recientes, estos son insignificantes en cuanto a magnitud.

Los pronósticos respecto al valor esperado del tipo de cambio y la tasa de inflación se encuentran muy relacionados. En una economía de muy pequeño tamaño, en gran medida dependiente de la actividad petrolera, será el desempeño de este sector quien determine la holgura del presupuesto de divisas a disposición del gobierno y de la autoridad monetaria para ejecutar gasto y defender al Bolívar de posibles episodios de depreciación acelerada. En la medida en que pueda contenerse el aumento del precio de la moneda extranjera, en esa medida, se podrá contener el aumento de los precios.

En definitiva, el año 2024 se pinta como un año de mucha incertidumbre en lo económico. Incertidumbre que se exacerba ante posiciones intransigentes por parte de quienes ejercen el poder político actualmente en el país.

Parte I https://comunicacioncontinua.com/la-economia-venezolana-en-el-2023-balance-evolucion-y-perspectivas-parte-i/

Parte II https://comunicacioncontinua.com/la-economia-venezolana-en-el-2023-balance-evolucion-y-perspectivas-parte-ii/

Econ. Albio Márquez

Director del IIES-FACES-ULA

28-01-2024